El dinero se divorcia de la palabra

Puede que estemos al borde del precipicio y tan tranquilos. El castillito de naipes que era la Unión Europea, construida a partir de una baraja puesta por banqueros y grandes empresarios y armada con paciencia y equilibrios a lo largo de casi dos décadas, se cae. Ya estuvo a punto de hacerlo cuando se trató de dotarla de una Constitución, ya entonces se tambaleó, y fue cuando el dinero (los mercados) decidió que ya había oído bastante y se separó de la palabra, el pueblo no podía/debía votar para aprobar esa constitución. Y eso pese a que hoy nos dicen que … en casos excepcionales, para esas ocasiones es para las que se crearon los referendums, es el poco marxismo que debe recordar Diego López Garrido … el de género humorístico.

El mensaje fue captado y la lección fue clara, a partir de ahora consultas las justas, y cuando sobrevino la crisis financiera, cuando salió a la luz que no habia dinero suficiente para todo y para todos … quedó claro que habia que actuar de espaldas a la palabra. El dinero (capitalismo) rompía la larga relación amorosa que había tenido con la democracia, llegando a considerarse que no era posible el uno de la otra y la otra sin el uno, hasta el punto de ser asumido por numerosos países en desarrollo como un axioma indiscutible e inexorable. Ya hasta había crónicas sobre el desenlace, lo contaba Slavoj Zizek.

Lo que está ocurriendo con Grecia no es más que la evidencia de que el dinero ya ha iniciado una nueva relación, una que le deja más libertad, la verdad es que debe ser un poco agobiante tener que preguntar a la población de uno de los países de la Unión Europea si les parecen bien las medidas económicas que van a tener que sufragar para sacar a su país de una crisis que han generado unos pocos, lo malo de la comunicación de pareja vamos. Esas relaciones tan modernas que se traen en los países nórdicos, con Islandia a la vanguardia, donde el pueblo, la gente de a pie, puede plantar cara a la Troika, el FMI y hasta a los sacrosantos bancos, decidir la manera de arreglar el desaguisado en el que les han metido y encima hacerlo mediante un sistema participativo y nada excluyente al final no acaban en nada bueno, si es que son muy ligeros de cascos ellos y ellas!!!

¿y qué les queda a los griegos? Sucumbir al chantaje emocional al que se están siendo sometidos o mantenerse firmes y … al menos, decir lo que piensan al respecto, ser un poco más valientes que aquellos gobernantes que tuvieron, que desde el gobierno falsearon las cuentas y ahora en la oposición ni ofrecen ayuda.

Y es que ya se sabe quienes son los que peor lo pasan en estos casos …de divorcio. ¿democracia o mercados? Tú eliges

 

Huérfanos

Ayer nos quedábamos un poco más huerfanos de referentes.

Se apagó José Saramago y ahora nos queda a nosotros hacer que nos ilumine aún más fuerte la llama de la memoria de su persona y su obra, hacer que su palabra no pierda vigencia y que sus utopías queden cada vez un paso más cerca.

De entre los últimos momentos que recuerdo estar leyendo su obra, me quedo con haber releido «Ensayo sobre la Lucidez» durante algunos de los días en los que Tegucigalpa estuvo bajo toque de queda militar el verano pasado (y como desde que llegué a Honduras recomendaba ese libro, hasta que lo compré allí y allí lo regalé) o leer «El viaje del Elefante» en el avión que me traía de regreso a España en diciembre pasado y el impacto de la frase «Siempre acabamos llegando a donde nos esperan»

Nos vemos en la Utopía, Sr. Saramago, seguro que es allí donde a usted llevaban tiempo esperándole.